El Molino del abuelo es un lugar en el que te reciben como en casa, no eres un simple huésped sino que entras a formar parte de este hermoso proyecto que Floren y Raúl han creado. Las vistas, los detalles de cada habitación (personalizada por los propios dueños, incluso paredes y muebles), las rutas de senderismo y deporte al aire libre, la filosofía que posee la propia casa e incluso el té tan rico que te dejan para probar en la cocina, hacen de esta experiencia inolvidable. Mi pareja me trajo aquí por sorpresa y desde el momento que pisamos la casa, supimos que íbamos a volver. RECOMENDADÍSIMO 100%